Exit o 出口
Me advirtió hace un tiempo mi amigo
Torrellas de un letrero/cartel indicador que se ve desde la calle. Está en la
puerta de un edificio público palentino de la Administración de Justicia. Reza
así: EXIT.
Estamos tan acostumbrados a
encontrarnos en Castilla con palabras inglesas que casi no lo damos importancia
y lo asumimos como parte de nuestra inmersión en la lengua del imperio. Hemos
asumido ya que nuestros hijos pueden hablar inglés desde párvulos como signo de
los tiempos, como ayuda para su futuro, que lo van a necesitar, etc.
Desde luego no tengo muchas esperanzas
de que tanto furor idiomático se deba a una epidemia de cultura, y que nuestros
jóvenes pretenderán leer a Shakespeare en su lengua, es decir, van a sumergirse
en un idioma distinto al materno con el propósito de saber más. Sospecho que
todo se debe a una pragmática mercantil.
Aún así, no entiendo las razones de
este EXIT para indicar la salida de un juzgado de una ciudad de provincias de
la profunda Castilla, precisamente aquí donde mejor hablamos esa lengua, al
parecer tan importante cada día en el mundo como es la lengua castellana,
continuación moderna del latín hablado.
¿Es seguro que si no hubiesen colocado
el cartel de EXIT en el lugar de SALIDA nadie hubiera encontrado la ídem?
¿Alguien se imagina que en el condado
de Suffolk, en su capital Ipswich, en las puertas de su juzgado, alguien
colocara un cartel que rezara SALIDA arguyendo que así los ingleses pueden
familiarizarse con la lengua de Borges pensando en sus intercambios comerciales
en el Cono Sur?
Hablamos la lengua castellana 420
millones de personas en el mundo, y es la segunda más hablada tras el chino mandarín.
Si se sigue esa lógica a lo mejor el responsable del cartel debería de haber
escrito 出口y preparar así a los
usuarios de la justicia a encontrar la puerta de salida en el idioma de Mo Yan.
El Premio Nobel de Literatura coloca este exordio en su novela Sorgo Rojo: “Con este libro invoco
respetuosamente las almas heroicas y dolientes que vagan por los ilimitados
campos de sorgo incandescente de mi pueblo natal”.
Así nosotros, en nuestra ciudad natal
invocamos un respeto para las gentes que nos enseñaron el castellano, por
ejemplo nuestros maestros de escuela, que nos mostraron con Machado en Campos de Castilla, cómo «sobre los
anchos campos caía un sol de fuego», y reconocíamos así nuestro paisaje. No me
reconozco en ese exit. Si se trataba
de no escribir la palabra castellana salida, casi más humorístico haber escrito 出口.
Publicado en DIARIO PALENTINO el jueves 28 de febrero de 2013.
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