lunes, 4 de junio de 2012

Un mundo sin sueños

Texto aparecido en el blog Curiosón:
Un mundo sin sueños

Puedo aceptar un mundo alejado de los sentimientos y centrado en las conductas observables y en los actos mudos, es más, nuestro mundo parece por momentos frío y alejado de los sentimientos de la gente, al servicio de la codicia y de la acumulación de bienes. Puedo entender un  mundo sin memoria, cual que muchos de los propósitos de los tecnócratas y, lo que es peor, de los calculadores de los programas educativos, que parecen preferir el olvido a la memoria, el curriculum objetivo lleno de datos secos a la historización subjetiva y la memoria colectiva.
Puedo hasta creer en que el cálculo frío de los protocolos que parecen tener atadas todas las contingencias y todos los imprevistos, puede acabar con un mundo sin desatinos, sin sorpresas, sin azar, sin giros imprevistos, un mundo seguro, dicen, sin accidentes, con eso que tanto les gusta de las prevenciones, que no es sino un nuevo ardid para la vigilancia y el control desde la infancia.
Pero se me hace cuesta arriba pensar en un mundo sin sueños. Me es imposible aceptar que nuestros jóvenes no van a encontrar ningún dispositivo donde puedan ir a contar sus sueños por más bizarros que aparezcan...
Me es imposible confiar en quienes son tan poco realistas que creen posible una sociedad que no sueñe, que no anhele, que no fantasee, que no imagine un mundo diferente.

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