May Chaparro

Su voz nos ha acompañado durante décadas desde la cercanía de la Radio. Tal es así, que decir May Chaparro, en Palencia, es tanto como decir Radio. Pero desde hace unos días tenemos que hacernos a la idea de que May Chaparro no va a estar al otro lado. Una decisión empresarial la ha despegado del micrófono, y a nosotros de su acogida, de su envoltura, de la cordialidad y entusiasmo de sus conversaciones.

Hay libros escritos así, precisamente, 'Conversaciones con May'. Es eso justamente lo que este columnista hizo durante siete años en un Programa llamado Escuela de Padres, conversar con May, y de paso con los miles de oyentes, palentinos, que seguían cada mañana su programa, y algo más que eso, su recorrido, su ir pasando la vida. Muchos otros colaboradores también lo eran de May, y de su firme voluntad de acercar la ciudad y sus gentes.

Ocurre que la voz no pasa por los desfiladeros del sonido, es independiente de todo 'sensorium'. La voz puede leerse, como se lee una mirada. Por eso perdura como un texto, como una novela. El relato de May va más allá de su trabajo.

No tengo nada que decir sobre las razones de empresa. No hay que confundir planos. Simplemente, que hay razones que el corazón no entiende. En cualquier caso pienso que los medios de comunicación locales nos salvan del tedio de una globalización que nos extraña y nos desconecta de lo inmediato, es decir de las cosas que pasan a nuestro lado. Así se construye una ciudad, con vecinos ilustrados como May Chaparro. Sin olvidarnos de su tiempo de trabajo de cooperante con varias ONG, de su participación como presentadora, de su apoyo a todo tipo de causas en la ciudad. Y lo que quizá no muchos sepan, a sumar, su ejemplo de amistad inquebrantable con esa nómina de amigos y amigas que han tenido la fortuna de cruzar sus vidas con la Dama de la Radio palentina.

Un cercano depositario de esa su voz lo ha expresado impecablemente para resumir, hasta aquí, el legado de May: "acariciando las mañanas y las tardes de los palentinos con tu voz". Hasta aquí.

Publicado en DIARIO PALENTINO el jueves 1 de diciembre de 2011