martes, 17 de mayo de 2011

CASA JUNCO

Hay edificios en la ciudad que albergan historia y que por eso mismo son contemplados desde afuera como queriendo comprender el tiempo que conocieron. Si alguna Institución logra habitarlos también por dentro resulta que la historia continua. Es el caso de la Universidad de Valladolid y del Palacio de los Aguado Pardo en la Calle Mayor palentina, o más conocida como Casa Junco. En cuatro días participaré en dos actos en esa Institución, hoy jueves en la última clase de un Cursus de psicoanálisis sobre 'Amor, Deseo y Goce' que se viene celebrando desde noviembre, y el lunes en un Acto que organiza el Colegio de Psicólogos de Castilla y León donde hablaré sobre las relaciones entre el público, los ciudadanos, y los psicólogos, esa especie inquietante.

El sábado hablé en Antequera con psicoanalistas de Andalucía en el edificio del Ayuntamiento y de pronto ante mi deslocalización subjetiva, momentánea, pensé en los lugares en que al hablar me puedo sentir más cómodo. Repasando los momentos de otros actos recordé la frase de un palentino a quien habían recomendado acudir a un especialista de Valladolid: 'lo siento, no voy más lejos de la Calle Mayor'. Qué difícil es para el palentino que llevo dentro ir más lejos que a las instituciones, centros, tiendas, establecimientos de nuestra Calle Mayor y aledaños, léase Marqués de Albaida, doña Urraca, Plaza Mayor, Becerro de Bengoa, Lope de Vega, Panaderas, Colón, en fin, los escenarios en que van pasando nuestros días, los decorados donde nuestros antepasados pasaron los suyos. Quizá vivir en Palencia suponga más fortuna de la que nos damos cuenta, quizá no hayamos hecho aún suficientemente el elogio de lo que nos lo rodea.

Si Lord Byron hablaba de renovar el apetito de soledad saliendo a la calle, podría decir, renovar el palentinismo sólo es posible si se ha conocido otros istmos y se ha sentido la extrañeza del cuerpo extraño, a la vez que el encuentro humano nos recuerda aquello de que nada de lo humano nos es desconocido.
Como los fantasmas del Roxy, algo más que un rumor, este señorial edificio, la Casa Junco, hoy reformado por la Universidad para uso del Campus Universitario de Palencia, y también para las actividades culturales e intelectuales de nuestra ciudad, aloja en tanto icono las pistas de una historia aún por escribir: cómo explicarnos que nuestra ciudad fuera la primera Universidad de España, que tuviéramos el siglo pasado un Ateneo, y cómo no abandonar esa vereda, cómo impedir que los mercados borren toda brizna de pensamiento, de lectura, de estudio. Cómo mantener activos los Palacios históricos de una ciudad con escudo de ciencia.

Publicado en DIARIO PALENTINO el jueves 12 de mayo de 2011

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