viernes, 10 de septiembre de 2010

Tradición, tradición

La fiesta mayor de cada lugar invita a pensar la tradición.

Por un lado la tradición une, hace un lazo sólido entre unos y otros, hace salir del cascarón al encuentro en la ciudad.

Por otro lado puede confundir haciendo creer que el tiempo no pasa, puesto que siempre se han hecho las cosas igual desde tiempos inmemoriales. Es como un tributo que hay que pagar a anteriores generaciones que ya hicieron lo mismo, el mismo día y a la misma hora. Es recordar a los muertos.

Localizar es social. Mientras que deslocalizar es asocial. La tradición de un pueblo localiza, mientras que la Red, por ejemplo, es la gran deslocalización de nuestro tiempo.

Cuando se huye de la localización, se huye de hacer lazo social. Cuando se cree tener lazo social en los foros de Internet, en los chats, o en Twitter, lo que se obtiene es expansión del ego, y semblante de lazo social.

Localizarse junto a otros, junto a los vecinos, junto a los parientes, en la fiesta, en la celebración, en la costumbre, es situarse en unas coordenadas espacio-temporales. Mientras que entablar conversación con gentes que no se conocían y que no se van a conocer puede ser muy útil en humanidad, y en cultura, claro, pero navegar en la deslocalización tiene un marchamo de individualismo sin brújula.

Puede pensarse que la tradición es retro, y cosa de mayores. Quien piense así demuestra no haber estado con niños desde su más temprana edad y lo necesitado que están de unos ritmos de vida constantes, repetidos y uniformes y cómo cualquier cambio en el ambiente les causa desasosiego, incertidumbre, e inaugura las primeras escenas de angustia. Son fervientes amantes de la tradición.

Los pueblos con tradiciones son seguros. Los pueblos sin tradiciones exportan gentes que hacen turismo a la búsqueda de las tradiciones de otros pueblos.

Es curioso cómo en la actualidad escuchamos a muchas gentes que huyen en el momento de las tradiciones de su localidad, y sin embargo, al hacer turismo corren como locos a hacer fotos de las tradiciones de otros lugares, que después muestran al primero de cuñadería -tomo esta afortunada expresión del columnista Esquete, también de esta casa-. La extrañeza que comporta la imagen de otras latitudes con gentes ataviadas en plena celebración tradicional tendrá 'glamour', pero, qué quieren que les diga, nuestros Gigantes y Cabezudos, nuestro San Antolín actúan de GPS. Son nuestro lugar en el mundo.


Publicado en DIARIO PALENTINO, el jueves 2 de septiembre de 2010

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha gustado.