jueves, 26 de agosto de 2010

El sueño más histérico


En sus sueños siempre dejaba al otro insatisfecho. Primero seducía a un hombre, a cualquiera, para a continuación quedarles con las ganas. Eso se repetía con fruicción. Era su sueño secreto más repetido. Empezaba a hartarse de que siempre apareciera esa escena, la misma. Un hombre, que tomaba diversas caras, todas ellas reconocidas, se acercaba timidamente, y cuando ya había superado las inhibiciones inherentes a todo buen obsesivo, que como se sabe siempre necesita pedir permiso para todo, se topa con el desprecio de la soñante. Movimiento ortodoxo de la estructura más histérica.

Es claro en el sueño que el punto de apoyo de nuestra soñante no es sino lo que el hombre desea. No se plantea lo que ella desea, no está en juego. Es sólo conseguir ver a un hombre deseante. Eso la es suficiente. Pero el precio a pagar es muy alto. El sueño revela una parte de lo que le pasa en la vida real: sufre de no satisfacer sus deseos, aunque mejor dicho, se puede decir que su deseo es no servir para la satisfacción de nadie. Calienta pero no quema. Entretiene pero no tiene.

Y como el sueño se le había repetido desde quinto de bachillerato, allá por los setenta, cuando su vida transcurría del Insti a casa, pasando por la Calle Mayor por supuesto, empezaba a estar harta de ese sueño. Tomó una decisión. Quemaría varios libros, uno 'Madame Bovary'. El otro, la colección completa de un tal Bucay, que tanto la había desorientado, alimentando más sus síntomas con ese arte que el cuentista tiene para confundir con precisión con mensajes tipo 'tú vales mucho nena'.

Liberada de ese bagaje emprendió de nuevo la senda de los sueños. A la semana siguiente volvió a soñar: "Se encontraba en una playa nudista. Todos estaban vestidos menos ella. Protesta al socorrista, quien tiene puesto una etiqueta en la gorra que dice cruz bucay. Entonces toma una decisión sorprendente: decide vestirse como todos". Fín del sueño.

Asociaciones: descubre que no es muy original pretender ser original, puesto que todo el mundo quiere ser original. Aceptará su destino. Aparcará la queja. Dejará de esperar reconocimiento. Tratará de no destacar. Tendrá al menos una amiga.

Interpretación: Lo interesante no es saber salir de la frustración, sino no recrearse demasiado con la satisfacción.

Publicado en DIARIO PALENTINO, el jueves 19 de agosto de 2010.

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