lunes, 22 de marzo de 2010

Señora de rojo



Cuando alguien imprescindible se va de tu lado, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales. Estas palabras del libro Señora de rojo sobre fondo gris expresan el estado en que quedó el escritor tras enviudar. Quizá el lector prefiera La sombra del ciprés es alargada, Los santos inocentes o puede que El hereje, y no hay duda de que un castellano viejo preferirá cualquier evocación al declive de la tierra castellana. Por mi parte me quedo con Mi vida al aire-libre, y con esta elegía de señora de rojo.

Verdadero trabajo de duelo, demuestra cómo la escritura sirve de apuntalamiento, de cierre tanto como de apertura, y de sostén en momentos difíciles. Escribir sirve de anestesia para la cicatrización de esas heridas tanto como suplencia en las locuras aún no desencadenadas.

Se ve en el caso de nuestro escritor cómo ese hecho, esa pérdida del amor de su vida fue determinante en su historia, en su creación, en sus ilusiones y en el sentido que desde entonces otorgó a la existencia. Dice en otro momento: "En la vida has ido consiguiendo algunas cosas, pero has fallado en lo esencial, es decir, has fracasado". Es evidente que pasamos por la vida de victoria en victoria -o no- hasta la derrota final -seguro-, pero el fracaso, descontado de antemano, parece que sólo lo recordamos ante la marcha del otro, y en la comparación con el otro que se ha ido, idealizado, sucede que el vivo siempre sale perdiendo.

No parece, por otro lado, que el mejor trabajo de duelo, es decir, la elaboración de la pérdida de un ser querido, o el abandono de un ser al que seguimos amando, consista o en hablar de ello o en escribir sobre ello. Es un trabajo que mal orientado se infinitiza. No parece que lo mejor sea poner el énfasis en el objeto amoroso perdido y lo que era para nosotros, el lugar que deja vacío. Más bien es alrevés, es verificar lo que fuimos en su deseo.

Frente a la idea común, el tiempo no lo cura todo. Un mal trabajo de duelo no impide la melancolización ni la manía de empequeñecimiento, ingredientes que vemos desplegarse magistralmente en esta obra de arte llamada 'señora de rojo sobre fondo gris'.

Quizá, como castellanos, lo mejor que podamos hacer con el escritor que se ha ido sea comenzar a leerlo. Puede ser nuestro trabajo de duelo.

Publicado en DIARIO PALENTINO el jueves 18 de marzo de 2010.

   

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