jueves, 31 de diciembre de 2009

Libros del 2009


Estos días de balance han aparecido las listas de libros más leídos o los preferidos por la crítica. Apenas encontré uno o dos de los que compré en este año que se nos muere. 'Anatomia de un instante', de Cercas, y poco más. Los escritores y los críticos tienen sus gustos, pensé, no hemos coincidido este año. Pero cuando me regalan '1001 libros que hay que leer antes de morir', de Boxall, y compruebo lo que a juicio de este autor he de leerme antes de morir, entonces definitivamente entro en coma.

En la lista de los 1001 libros, -se refieren a novelas no ensayo ni poesía-, al menos estaban algunos de mis favoritos: Vila-Matas y su 'Bartleby y compañía', Goytisolo y su 'Señas de identidad', lectura de juventud, Soseki y su 'Kokoro', Flaubert con 'La educación sentimental', y Pessoa con 'El Libro del desasosiego'. Aunque de Sándor Márai sólo eligen 'El último encuentro', de acuerdo que genial, se olvidan de 'Divorcio en Buda', una novela para comprender lo que es un sueño, su interpretación y el deseo amoroso.

En cierto modo esto de las listas de libros me recuerda aquella idea tan sugerente de ordenar las bibliotecas a partir de los libros que no hemos leído, y así, se me ocurre, se podría escribir un libro titulado 'Los libros que no hay que leer antes de morir'. En esa hipotética clasificación entrarían, para mi gusto, los del 'boom' latinoamericano, los de la mujer de Muñoz Molina, no recuerdo nunca su nombre, y los de Lucía Etxeberría, ejemplo paradigmático donde los haya de libros que prenden bien en la chimenea, a lo Montalbán y su detective.

Si tuviera que escoger un libro, recuerdo de este 2009 con que finalizamos esta inolvidable primera década de este nuestro siglo, sería: 'Mil años de poesía europea', de Francisco Rico, un libro de 2009 que perdurará. Están los libros de lectura rápida que sirven para entretener tanto como para atontar, y están los libros que resisten el paso del tiempo. Pues bien, este libro es una grata sorpresa de un caudal inagotable, del estilo de 'Los ensayos', de Montaigne, libros a los que se puede regresar de continuo, pues no son para leer sino para enmudecer. Como el final de la poesía titulada 'La alegría de escribir', de la Nobel polaca Szymborska: "Alegría de escribir/ Poder de eternizar/Venganza de una mano mortal". Palabras para el final de un año, de una década, de un año más de lecturas, y para agradecer la fidelidad de los lectores de esta columna.
Publicado en DIARIO PALENTINO el 31 de diciembre de 2009.

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