jueves, 30 de abril de 2009

Fabricar la realidad



Cuesta creer que la realidad no existe. Que a lo que consideramos la realidad la envuelve un permanente aire de ficción, de insondable enigma y de códigos culturales, de caducidad diaria.

Y que nuestra obstinación por afirmar que sólo hay una realidad, la que cada uno de nosotros percibimos, nos entrega cada vez a un permanente conflicto cuando el de al lado ve otra realidad muy distinta. Nada más evidente que los murmullos contrapuestos al salir del cine, o al cerrar un libro. Cada uno ve una película, cada uno lee un libro diferente.

Anatomía de un instante, la última novela-ensayo del autor de Soldados de Salamina, contiene esta expresión de ‘fabricar la realidad’ para narrar lo que llama la placenta del intento de golpe del 23-F, un suceso que aún despierta nuestro interés. Dice Cercas que fabricar la realidad es algo que se hizo con fruicción durante los meses previos. Por supuesto, amigo, sabemos que un telediario, un No-Do, una simple reunión con Orden del Día, no son sino una manufactura de la realidad, una acotación de lo que interesa que se sepa, un marco posible, una selección de lo comunicable. Cercas ha leído Bentham.


Slumdog Millionaire, por otro lado, es una película que mezcla tanto los planos de la ficción y de la realidad, que ha hecho a algunos asustarse y sorprenderse de que una de las menores protagonistas del laureado film haya vuelto tras el rodaje y el Óscar a su vida en las chabolas de Bombay. Rubina Alí, que sí se llama la encantadora actriz provisional, incluso podría ser vendida. Vamos, que no sabemos si su vida es de película o si la película es la realidad más fija. La explotación comercial de los niños pobres es una constante en nuestra sufrida realidad. Pero la forma de dar la vuelta a esa realidad esta vez ha superado todos los registros.

La manipulación de la realidad la distorsiona de tal modo que la otorga otra carta de naturaleza. La recreación de la realidad puede voltearla de tal modo que puede configurar una nueva realidad. La organización de los escenarios, la preparación concienzuda de la opinión pública, el lanzamiento de tal o cual imagen de marca o el diseño a la carta de los sentimientos correctos para ser puestos en circulación por las masas, no son sino algunos de los muchos ejemplos que vemos a diario de fabricación de la realidad.

No discuto que sea eso lo que hay que hacer para obtener paz social, para tranquilizar a los más hipocondríacos, para serenar a los más exaltados y para no hacer pensar demasiado a la peña que bastante tiene con lo suyo. Digo que el vecino ilustrado no puede engañarse creyendo que la realidad no se fabrica. Y no siempre por los mejores.      

 Publicado en DIARIO PALENTINO, el jueves 30 de abril de 2009. Columna VECINOS ILUSTRADOS.

 

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