martes, 19 de julio de 2016

La novela de PERIDIS y la Presentación del libro en el Teatro Principal de Palencia



La novela de Peridis
            Tras Esperando al rey llega ahora para nuestro deleite La maldición de la reina Leonor, santo y seña de un estilo de escritura muy singular del escritor José María Pérez, Peridis. Con esta su segunda novela histórica consigue deleitarnos y hacernos soñar con la serie de novelas de Peridis.
            El humor, (de retranca de caricaturista), el amor (imposible, que da así una chance al deseo), el poder, (seco, sin erótica ni retórica),  la locura, (y sus diques), y la piedra, sobre todo la piedra, (como metáfora de los sueños), navegan también en esta nueva novela histórica, y que habla mucho de la provincia de Palencia, de su pasado.
            Piedras hermosas como las del Monasterio de San Andrés de Arroyo, que han esperado siglos para entrar en una novela del siglo XXI. Hay un momento en la novela en que la reina Leonor le dice al arquitecto Ricardo: «Vos no sois un maestro arquitecto, fabricáis ensueños con piedra». Creo que ahí se aloja el sentimiento que recorre al viajero cuando se topa con la piedra hermosa de un puente romano, de una catedral, de un claustro románico, de una espadaña. Que la mirada recorre los siglos. Y esa es la virtud de la novela de Peridis, un viaje a nuestra historia, pero con los sueños por bandera.
            De hecho, John Elliott, el prestigioso historiador de Oxford y de Cambridge ha escrito: «Lo que Peridis demuestra es que hay veces en que la novela histórica consigue captar la realidad mejor que las obras de los historiadores profesionales atados por sus documentos». Para a continuación añadir: «Gracias por enseñar deleitando». ¡Qué razón tiene Elliott! El hispanista británico y autor de Haciendo Historia (2012) dejó escrito en ese libro que trataba de transmitir «la clase de recompensas que ofrece el estudio del pasado y transmitir algo de los gozos que puede producir escribir historia».
            Dejo una muestra de esta última novela de Peridis: «Esas pirámides de aire que festonean los ventanales son jaulas de sombra donde anidan los sueños de las vidrieras cuando amanece. El diente de sierra que circunda la portada de la sala es el espejo de las horas del día desde sus comienzos hasta el declinar del sol».
            Esta tarde presentamos La maldición de la reina Leonor en Palencia, en el Teatro Principal. Cita para el vecino ilustrado. Hablaré de esto. Y parodiando a Elliott, de los gozos que produce leer historia bien novelada.

Publicado en DIARIO PALENTINO el jueves 7 de julio de 2016






 Presentación del libro La maldición de la reina Leonor, de José María Pérez, Peridis
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Palencia, Teatro Principal, 7 de julio de 2016.

         Me alegra especialmente volver a presentar una novela de Peridis. El 1 de diciembre de 2014 en este mismo Teatro también abarrotado, una tarde noche de otoño/invierno palentino, presentábamos junto a Gustavo Martín Garzo, Esperando al rey. Allí evoqué que en esa novela el personaje de la reina Leonor había escuchado de labios de Leonor de Aquitania, su madre: “tenemos que alcanzar nuestros sueños”, y de Raquel, la judía, en un Taller de Aguilar de Campoo: “un amor imposible me expulsó y las cadenas me retienen”, y que entonces aparecía una frase que podía ser la herramienta de lectura de ese libro. “el amor siempre es imprudente”. Pues bien, si hoy tuviera que elegir otra de este libro que presentamos en sociedad, me iría a la página 210: “Vos no sois un maestro arquitecto, fabricáis ensueños con piedra”.


 He escrito unas líneas en mi columna de DIARIO PALENTINO de hoy sobre esta novela: “El humor, (de retranca de caricaturista), el amor (imposible, que da así una chance al deseo), el poder, (seco, sin erótica ni retórica),  la locura, (y sus diques), y la piedra, sobre todo la piedra, (como metáfora de los sueños), navegan también en esta nueva novela histórica, y que habla mucho de la provincia de Palencia, de su pasado.”
El humor, el amor, el poder, la locura, y la piedra, y la provincia de Palencia. Preguntaré a Peridis, sobre estos seis asuntos. Seis preguntas.

El humor
Lo primero que quiero agradecer al Peridis novelista es que sea tan directo y sintético, que capte tan rápido lo real en juego como lo es el Peridis viñetista de cada día. Si queremos saber lo esencial de un día en la política de nuestro país, acudimos a la tira de Peridis y allí sabemos qué pasa en la política versión poder, de cada día. Es lo que Elliott, el hispanista ha dejado escrito de las novelas que escribe Peridis, que cuentan la historia a la vez que te lo pasas bien, que te ríes. “Tú subes con Conrado a Lebanza, a ver si con el aire fresco se espabila”. Sentencia: “O lo come el oso, como a Favila”.


El amor
“El primer amor siempre deja un rescoldo que dura toda la vida” (185). Turguénev en su novela Primer amor, una novela, ya recuerda que el primer amor suele ser infantil. Y finaliza en la imposibilidad, y en el ensueño.
El deseo y el goce, y el amor están en serie muy bien descritos los tres elementos diferenciados. Es la frase de Lacan, aquí puesta en la novela: “Sólo el amor permite al goce condescender al deseo”. Donde mejor se refleja es en la trova de la página 213: “Cuando llega el momento…” No ceder frente al deseo, poner en suspenso el encuentro, aplazar la satisfacción,  (“Tolón, tolón, no nos dejes caer en la tentación”), no privarse de la falta, pues sin falta no hay deseo. Que no falte la falta, de San Juan de la Cruz.

El poder
Los psicoanalistas decimos que nuestro poder radica de renunciar al poder, al poder de la sugestión. Ahí nuestra fuerza. Pero el poder en esta novela es un poder sin finuras, directo, seco. No se detiene ante el uso de niños ni de dineros. Y los reyes combaten también cuerpo a cuerpo.

La locura
Enloquecer de celos, de pena o tristeza, loca porque habla a las ovejas. Y locura o manía o enfermedad, dice Peridis, al final cuando afirma que “le ha sorbido los sesos”, el hecho de la escritura de novelas.
Se ve que la locura no es como se nos hace creer ahora una enfermedad de la mente, sino una enfermedad de las palabras, que o se dicen bien o se maldice. Freud decía que no se ha inventado un fármaco más eficaz que un puñado de palabras bondadosas, y se ve el efecto en la novela de las palabras en los personajes, en los diálogos, y en las letras que vehiculan las canciones. Las palabras hieren, pero las palabras curan.

La piedra
Los ensueños con piedra. “Los arquitectos ordenan deshacer lo que con esfuerzo han levantado sus operarios” p. 181. “Los excesos de los arquitectos…(p. 304) “Todos los arquitectos soñamos con Catedrales” p. 214. (La luz y el misterio de las Catedrales”), y una definición de arquitecto: “ Nuestra vida es un sacerdocio… p. 307.


Palencia
La portada de la iglesia de Santiago en Carrión de los Condes. Un Cristo que sólo habló para que le escuchara el maestro Mateo. El personaje del escultor Fructuoso.
El Monasterio de San Zoilo.
Pero sobre todo…San Andrés de Arroyo. Citaré la página 63: “Doña Mencía estaba orgullosa del primoroso claustro que había hecho el maestro Fructuoso. El sol del atardecer pintaba de otoño las hojas de los capiteles. Ricardo quedó admirado al verlo en perspectiva y declaró que no podía imaginarse que en aquel rincón perdido de Hispania se hubiera podido labrar tanta belleza.“ 
Vivimos en un rincón perdido de Hispania rodeados de la belleza de la piedra.

Nueva novela

Como al padre de PERIDIS, cuando observaba el frenesí de las mujeres y jovencitas de la Montaña Palentina por las novelas por entregas, así andamos ahora ya nosotros, esperando la nueva novela de Peridis.




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