jueves, 2 de agosto de 2012

4, Cap Ferret, playa y atardecer



La inscripción, "Cantabrum indoctum iuga ferre nostra", de Horacio, es certera. Los palentinos recorren desde hace décadas estos lares y algo se huelen del carácter cántabro. Hoy, día de Santa Ana, el viajero recorre la playa de Piquío -o El Sardinero dos, que ya no sabe muy bien su nombre auténtico pese a haberla pisado por vez primera allá por 1964, cuando los trolebuses. Este jueves ya hay peña a eso de las 9.30 de la mañana. Pero la ruta le lleva a Zarautz, bella entre las bellas, mirando elegante hacia el ratón de Getaria.

La sorpresa aguardaba al atardecer del día siguiente, último viernes del mes de julio y ahora en la francesa costa de las Landas y Aquitania. El viajero había llegado por las sinuosas carreteras que bordean la laguna de Arcachon y se encuentra en una playa tomada por surferos adolescentes franceses, esperando como ellos a que el sol decline y acabe por irse de Playa L'Horizon, salvaje e interminable playa, donde las dunas evocan el expolio de las dunas de Somo.

El cuidado que los franceses tienen por sus cosas, y su silencioso estar, otorga a este lugar un encanto admirable. El día parece irse sin ganas, como la paz del atardecer de la que hablaba Nietzsche, el resistirse a morir del héroe, la invitación a la memoria, o el proustiano encuentro con el tiempo perdido. Todo a la vez en unos interminables minutos.

Cap Ferret tiene en esta playa hasta un trenecito, -cual trolebús santanderino de los sesenta- que llega hasta la misma playa. Una placa homenaje a un brigadier vigilante de esta playa da cuenta del caduco lema del servicio a los demás. En su lugar, estos jóvenes vigilantes miran una y otra vez la hora, para salir pitando a las 7 en punto de la tarde.

El viajero se queda hasta el final, entre surferos, observando dos ejemplares de mujeres sabias con gafas y con libros, y con lágrimas de atardecer, del otoño de la vida.

Cap Ferret era una fiesta. Como Falésia, Langre, Secada, Essaouira,  Biniparratx, o Nazaré. Playas en la memoria viajera de playas y atardeceres.

Publicado en Diario Palentino el jueves 2 de agosto de 2012.

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