martes, 7 de junio de 2011

#spanishrevolution

En Palencia estos días se puede entender la #spanishrevolution yendo a ver la exposición de Nozal, su Colección Art-Dollar, no sabría decir qué cuadro la justificaría mejor. Mi opinión es que la toma de las plazas de nuestras ciudades por un colectivo diverso de gentes indignadas no puede sino ser visto como un gigantesco soplo de aire fresco.
Algunos hemos advertido del enorme malestar que las gentes de a pie manifestaban en privado, y sobre todo, el clamor de descontento que circulaba por la Red, especialmente por las Redes Sociales, con una idea repetida: la democracia española no parece poder variar la dictadura creciente de los mercados.
Necesitamos a los políticos, y necesitamos la política. Sin embargo la injusta ley Sinde fue el detonante, algo peor, la constatación de que había una brecha enorme entre los gestores de la cosa política y las nuevas tecnologías de comunicación, la constatación de que nos gobiernan políticos del siglo pasado, incapaces para captar lo que se avecina.

Y Montesquieu muerto, el remate, poco pan y mucho chorizo, recogido en los carteles de todas las acampadas.
El despertar de España a un cambio ético que nos aparte del robo generalizado al que asistimos, en un sistema capitalista que no es sino una estafa piramidal a lo Madoff, con los países pobres de permanentes paganos, sólo vendrá de los más aptos, de los jóvenes líderes, no violentos, que se comunican básicamente en la Red, y de su encuentro con lo más sano de los partidos, con los políticos que sepan leer. Es incomprensible la #spanishrevolution porque la brecha digital aumenta entre una sociedad joven atenta a la Red, y una población y buena parte de la clase política distantes con la revolución tecnológica. Un botón: sólo treinta diputados tienen Twitter.
En la #acampadasol, el viernes pasado, comprobé que un puñado de jóvenes muy leídos habían intentado mostrar que es posible una nueva manera de organizar las cosas, como si tuvieran la certeza de que un hilo invisible de la historia de España recorriera las generaciones y que cada x tiempo tratara de imponerse a la política de las cosas, a la codicia de algunos y al empuje descerebrado de no pocos. Y que periódicamente, ese aliento, desde el ilustrado XVIII, a la regeneración, pasando por la intelectualidad republicana, por el 'me duele España' unamuniano -cartel que me encantó ver en Sol-, ese soplo, cíclicamente fracasa.
El cruel destino de la #spanishrevolution quizá no sea sino fracasar. El éxito quizá sea saber fracasar a la buena manera. Habrá merecido la pena. Muchos lo deseamos, ergo, de acuerdo, todos 'perroflauta'.

Publicado en DIARIO PALENTINO el jueves 2 d junio d 2011

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