miércoles, 8 de mayo de 2019

Casino de Palencia



Presentación de Carmen Casado del libro LA ANSIEDAD QUE NO CESA, en el Casino de Palencia el 26 de abril de 2019.


Evaristo Urraca, presidente del Casino de Palencia, Carmen Casado y el autor

Que  Fernando Martín Aduriz posee una vocación didáctica se nota en todas las manifestaciones, tanto académicas como profesionales, que ha ejercido y ejerce a lo largo de su vida. Por ello es evidente que su tarea de escritor venga también marcada por esa inclinación. Este su último libro es buena muestra de ello. Yo no soy experta en la materia que aquí se desarrolla, pero lo he leído con mucho agrado, precisamente porque el libro está escrito con gran claridad y bien estructurado. Ejemplifica esa estructura bien estudiada los títulos de los distintos apartados en que se divide: comienza con LA ANSIEDAD QUE NO CESA y concluye con LA ANSIEDAD QUE CESA.
 Entre ambos, aparecen sus experiencias profesionales y eso se nota porque no hay afirmaciones gratuitas sino que sus conclusiones y exposiciones vienen refrendadas por los casos que él ha tratado como psicoanalista, para evidenciar los resultados de sus tratamientos. De ahí la dedicatoria del libro: “A mis analizantes. A los jóvenes psicoanalistas de todas las edades.” Las situaciones descritas en el libro nos resultan fácilmente reconocibles porque retratan una buena parte del modo de vida que tenemos en el siglo XXI. 
Hasta tal punto que este libro podría describirse como un retrato del principal problema humano de nuestros días: la ansiedad. Nunca se ha hablado tanto de ansiedad y depresión como se hace ahora. F.M.A. explica de modo claro las relaciones que se establecen entre estos problemas y nuestra actual sociedad. Entre las causas, el autor se centra en la prisa-tenemos grandes dificultades para esperar-, la necesidad de absorber una actividad frenética, rayana en la hiperactividad, todos conocemos a diferentes personas que no dudan un instante en aceptar funciones, cargos, encomiendas de todo tipo porque son incapaces de decir NO a cualquier propuesta que para él suponga una mejora en su status social en su comunidad. Hay también el irresoluto: qué dificil resulta en ocasiones, tomar decisiones. El frustrado que se hunde por fracasos sentimentales o laborales, incapacitado para sobreponerse a la fatalidad y, por tanto, inmaduro. Esta situación es bien conocida de quienes, como yo, nos hemos dedicado a la educación de adolescentes. La sociedad actual se excede en la sobreprotección de los jóvenes tratando de frenar cualquier contrariedad que pudiera disgustarlos, hasta tal punto que los profesores sufren del acoso permanente de estos padres sobreprotectores para que no ejerzan su capacidad profesional con objetividad.La ansiedad y la depresión son frecuentes entre los docentes actuales. Algún caso ha alcanzado cotas tan elevadas que ha pasado a instancias judiciales dañando gravemente la capacidad y el prestigio profesional del docente. Este modo de tratar al joven es tan perjudicial para él que lo convierte en un ser blando, incapaz de reaccionar ante la adversidad que, inevitablemente, la vida le va a presentar. Es decir, los padres sobreprotectores no educan a sus hijos, los convierten en personas indecisas, inseguras y, en muchas ocasiones, víctimas de ansiedad, cuando no de angustia. Yo me fijo en esta situación porque la he vivido y padecido, pero el autor nos presenta en el libro, una serie de situaciones en otros ámbitos de nuestra sociedad, cuya lectura resulta apasionante. 
No hay nada más convincente que el relato de la experiencia vivida por quien se dedica profesionalmente al análisis de situaciones patológicas en el ámbito de la psique y en este libro el lector va a encontrar información ponderada y explicada con claridad y concisión. Otro punto que me resulta apasionante en la lectura de este libro es la constante referencia a la literatura. Por mi formación académica, la literatura es parte de mi vida y en este libro sus referencias son interesantísimas. 
Empezando por el título, tomado de M. Hernández y que arranca con la transcripción de un soneto del poeta oriolano que nos habla de su dolor. ¿por qué M.H.?. Sus lectores sabemos del intenso sentimiento doloroso que llena sus versos. Fue un hombre atormentado. Infancia difícil, con un padre que lo golpeaba porque su afición a la lectura le distraía de su labor de pastor de cabras y perdía frecuentemente alguna, con lo que su padre lo golpeaba hasta el punto que sufrió una cojera derivada de aquellas palizas. Sus dificultades para abrirse paso en la literatura, su sentimiento de culpa profunda derivada de la muerte de su amigo Ramón Sijé (elegía), la angustiosa ausencia de su esposa y su hijo. Las cartas que recibía en prisión de su esposa que le hablaba de su situación de pobreza que le llevaba a tener que alimentar a su hijito con cebolla (las nanas). Su temprana muerte a causa de la tuberculosis, etc., etc. En fin : la ansiedad- EL RAYO- que no cesa. Entre los autores y obras citados son mayoritarios los relatos. Entiendo muy bien esta predilección, no solamente por su valor práctico, ya que su corta extensión permite una concentración del mensaje que no tiene la novela, sino también porque esa limitación de su extensión nos muestra la maestría del autor con mayor relieve que la novela. Otra característica de los relatos seleccionados es su carácter autobiográfico, más bien confesional. Muy atractivo para un psicoanalista resulta ser la novela-en este caso, sí-titulada EL DOBLE, la segunda novela de Dostoyevsky, de 1846, que nos presenta la vida de un funcionario del estado ruso, quien, ante el rechazo que recibe por parte de su jefe, su personalidad se divide y enfrenta la realidad con su aspiración . Algo parecido a lo que ocurre a Don Quijote, pero con motivos y tratamiento muy diferentes. También la obra de Paul Auster citada es una novela, con un sugestivo título: Diario de invierno. Este libro resultará apasionante para un psicoanalista, ya que el diario no está redactado de modo cronológico, como suele ocurrir con el género Diario, sino de modo desordenado, siguiendo el flujo del pensamiento y los recuerdos, sin más conexión que el miedo a morir, lo que provoca esa sensación de “ansiedad que no cesa”. Es el nexo que relaciona las experiencias vitales que ha tenido: los amores, las relaciones familiares, su etapa de formación y, muy especialmente, la muerte de sus padres. Stefan Zweig y El mundo de ayer, también es una especie de confesión de su ideal de progreso indefinido y su fe en el ser humano, que desaparecen para siempre con la Gran Guerra. El destrozo de su esperanza en una sociedad mejor, que dramatiza el relato. Esa desesperanza se materializa en el suicidio, junto al de su esposa ante el posible triunfo del nazismo, otro caso claro de ansiedad, o mucho más que ansiedad. Así podríamos continuar mencionando las obras citadas, pero es mejor que nos lo cuente el autor del libro. Solo quiero añadir que la literatura y la psicología van inseparablemente unidas ya que en la novela de modo especial, asistimos a la descripción de tipos humanos . En el caso de la novela, como en el cine, en un contexto determinado que completa el cuadro relatado. También el uso del lenguaje figurado es común a ambas disciplinas. En el libro que presentamos aparecen términos como “el envoltorio”, “el huésped desconocido”, “la página en blanco”, etc. El autor nos habla de la conversación con un libro que, en realidad es un monólogo, ya que en el libro los lectores nos buscamos y nos hablamos o escapamos de la realidad, siempre menos satisfactoria. Resulta, pues, que la lectura de obras literarias puede entenderse como un modo de psicoanalizarse. Añadiré, por último, que los lectores profanos a la materia agradecemos la ausencia de tecnicismos. Se lee con agrado porque no hay un uso pedante de erudición ni hojarasca, sino con las necesarias citas de las fuentes empleadas por el autor No quisiera terminar sin aludir a la ilustración de la portada del libro. Un lapicero roto. Un símbolo de lo que le ocurre a nuestras vidas cuando la ansiedad rompe nuestro proyecto de vida. CARMEN CASADO LINAREJOS


















No hay comentarios: