sábado, 8 de octubre de 2011

Parejas irresistibles

Normalmente consideramos parejas irresistibles a las formadas por dos partenaires que brillan por su belleza o por su esplendor social o político. También a las grandes parejas de fuera de la ley tipo Bonnie and Clyde, estrellas del mal. Es tal la fascinación que nos producen este estilo de a dos que no podemos dejar de mirarlas, de escribir sobre ellas, de dedicarlas películas y canciones.
La bella y la bestia es una pareja inquietante pero que tampoco pasa desapercibida a nadie, incluso puede siempre intuirse que los papeles se intercambian, pues como se sabe la belleza siempre está próxima al horror, a media vuelta.

El político y la cámara forman eso que se ha dicho siempre un tandem muy potente en los casos en los que la fotogenia del político, su labia, el brillo de la erótica del poder o cualquier otra cualidad les sitúa en ese marchamo de haber nacido el uno para la otra. Y nadie puede resistirse a su encanto, máxime en la época en que se votan figuras que despierten algo más que programas.
Las parejas de gemelos tienen asimismo un poder de atracción inconmensurable, y así, nos acercamos a ellas para espiar la diferencia tanto como para elogiar el más mínimo detalle que los hace distintos. A la par que irresistibles son irrompibles, y en los pocos casos en que las turbulencias de la vida las desestabilizan conocemos el sufrimiento que arrostran.
La pareja maestro-alumno, sea cual sea la enseñanza en juego, reglada o no, tiene el atractivo del progreso continuo de uno a la par del estancamiento del primero, si no ha entendido que ser maestro quiere decir ser alumno perpetuo.
En cualquier pareja cotidiana que refleje la unicidad, la faz de la belleza, la complementariedad o cierto estilo inconfundible podemos ver este punto de lo irresistible. Es seguro que cada lector tiene una pareja irresistible en la cabeza.
Por mi parte, la pareja que me parece irresistible es la de la abuela sabia y el nieto permeable. Tiene la fuerza de la historia que se relata, el sabor de lo viejo que se renueva, el glamour de la enseñanza artesanal; sobre todo cuando la abuela no tiembla, -conocí al menos a una-, y el nieto tiene memoria inmediata, y ambos alma.
Ha dejado escrito J.-A. Miller que la pareja del psicoanalista y su analizante es una de las parejas irresistibles de la historia. Aseguro desconocer experiencia humana más químicamente pura.

Publicado en DIARIO PALENTINO el jueves 6 de octubre de 2011

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