jueves, 15 de mayo de 2008

Entra en tu cerebro



Sam Wang y Sandra Aamodt han hablado acerca del cerebro, lo han hecho con internautas a través de la edición digital de un periódico. Las preguntas de los lectores son tan interesantes como las respuestas que los autores de Entra en tu cerebro dan al público interesado en las cuestiones del cerebro. Conocer todo lo relacionado con el cerebro ha tomado el relevo del “Conócete a ti mismo” socratiano. Por eso la desilusión es mayúscula cuando la indicación mayor que dan para mejorar el funcionamiento del cerebro es…hacer ejercicio físico. ¡Así como lo leen!

Y se han quedado tan anchos. Claro que ya advirtieron que la metáfora cerebro/máquina va muy desigual pues la máquina más potente sirve para las matemáticas pero no para…diferenciar un gato de un perro.

Ahora bien, la misma desilusión que me llevé al leer el libro de Punset, El alma está en el cerebro, me la volví a llevar con estos dos autores cuando alguien les pregunta por la toma de decisiones.

Punset dejó por escrito que «la mayor parte de las decisiones que se toman tienen un responsable: el inconsciente», llevándonos de nuevo a Freud.

Pues bien, un internauta quiere saber en última instancia, dónde reside el poder de decisión. La respuesta no tiene desperdicio: «Hay distintas áreas del cerebro involucradas en la toma de decisiones. Todas ellas se encuentran en la parte frontal del cerebro. Existen dos sistemas separados: uno, que toma las decisiones emocionales, basadas en la intuición y otra parte que toma las decisiones por razonamiento, o matemáticas. Hasta hoy los científicos sólo han podido comprender cómo se toman las decisiones fáciles, como por ejemplo, una figura que se mueve en una pantalla si va en una dirección o en otra. Las decisiones más complejas seguramente se comprenderán en el futuro». ¡Vaya hombre! Tendremos que esperar, o de nuevo leer al maestro Freud, y mejor explicado por Lacan.

¿Pero, en realidad, a quién le importa el lugar concreto de nuestro cerebro donde se toman las decisiones? Lo que a los vecinos ilustrados les importa es por qué a lo largo de nuestra vida decidimos esto o aquello y la lógica que seguimos, cómo aislar la serie, cómo circunscribir el rasgo común que toman nuestras decisiones, sea la de elegir pareja, la de elegir profesión o cualquiera otra más o menos decisiva. Si son inconscientes, como parece haber descubierto ahora Punset, si las decisiones nos deciden, como apunta el novelista Saramago en Todos los nombres, lo que queremos es que haya luz sobre ese fondo oscuro que parece llevarnos en volandas. Lo que importa es morir menos ignorantes si nos podemos aplicar a saber qué quiere nuestro Otro, cuál es el juego que se trae el sujeto del inconsciente, si es que es él, como parece, quien tiene el poder de decisión. Y de paso sofocamos nuestra soberbia cuando nos las damos de saber totalmente por qué decidimos lo que decidimos.

Si Descartes decía que el alma se hallaba en la glándula pineal, y Diderot nos contó el caso de ese hombre que sin glándula pineal seguía vivo, hoy, los investigadores del cerebro quieren aburrirnos con sus enormes fascinaciones con las imágenes del cerebro, y encima ahora nos invitan a que entremos en nuestro cerebro, -¡pasen ustedes y mírense!-, como si nuestro ser, nuestro modo de ser, pudiera ser reducido a las operaciones de nuestra máquina.

Con todo, para mí, lo alucinante vino cuando les preguntó un internauta por qué y para qué soñamos. «Nadie sabe con certeza por qué soñamos. Existe una parte de la mente que controla los sueños y es interesante que hay una parte del cerebro que hace que los músculos no funcionen cuando soñamos. Cuando esa parte está inactiva nos convertimos en sonámbulos y nos movemos según nuestros sueños. Pero el porqué de los sueños sigue siendo un misterio». Queridos Sam Wang y Sandra Aamodt, es patrimonio de la cultura Die Traumdeutung. Léanlo. Verán cómo se desveló el misterio de los sueños; fue en 1899; obra de un vienés genial; está en las bibliotecas de los vecinos ilustrados.

Al Entra en tu cerebro hay que oponer un más interesante Entra en tu biblioteca.


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